EDUCACIÒN
En la universidad de Pont – a- Mousson, bajo la dirección de los jesuitas, el alumno llamo la atención no solo por su piedad sino también por sus éxitos. Después de la retórica (Humanidades Latinas) fue a Strasbourg para seguir un curso de filosofía dictado por los mismos religiosos. 1749-1751.
En el otoño de 1751 ingresó al seminario de Metz. Tenía un corazón puro, una piedad sólida, una voluntad llena de energía, un gran amor al trabajo. Con el mismo ardor que se dedicó a santificarse, se consagró al estudio de las ciencias eclesiásticas. Se especializo en la sagrada Escritura. Admirablemente dotado para los idiomas, se le hizo familiar la práctica del griego y del hebreo. Mas tarde aprenderá chino.
Se distinguió en el estudio de la historia eclesiástica, tanto que su superior, el doctor Thiébaut, se atrevía a decir que si se perdía la historia de la iglesia se la encontraría en la cabeza del Abate Moye.
El superior le ofreció la cátedra de Letras en el seminario Mayor, pero Juan Martin prefirió el ministerio pastoral.
El 9 de Marzo de 1754 Juan Martin recibió el sacerdocio con profunda emoción unida al grave sentido de sus responsabilidades.
Su actitud era impregnada de dignidad y modestia. He aquí, el testimonio de un sacerdote que le conoció: “Durante el tiempo que ejercitó el misterio en la parroquia de San Víctor, Juan Martin no se canso de instruir en la cátedra, en el confesionario, en el catecismo, en la iglesia, en las escuelas, en las casa particulares y en su propia casa. Era enemigo de introducir los artificios oratorios en la cátedra evangélica. La firmeza, el orden, la precisión y sobre todo las apropiadas aplicaciones del mensaje divino de los libros de los Santos, eran su característica, dejando todos os ornamentos frívolos de estilo que no sembraba sino frialdad e inacción.
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